¿Somos felices?
- Camilo Vargas Walteros
- 15 jul 2024
- 10 Min. de lectura
En 1999 la economía colombiana toco fondo. El PIB retrocedió 4,5%, y aunque la caída de la recesión autoinducida de 2020 fue mayor (7%), la recesión de finales del siglo XX hizo que los colombianos perdieran algo que tardarían varios años en recuperar, sus viviendas. En ese sentido nos han vendido la idea que durante una crisis todo se marchita, en otras palabras, si a la Economía le va mal, a la gente le va mal; y si bien es cierto que perder la vivienda no genera felicidad, también es cierto que en una recesión ocurren situaciones que no son registradas en los indicadores económicos, puntualmente me refiero a que en los últimos años de los noventas y comienzos del siglo XXI, Bogotá experimentó una transformación sin precedentes. Resulta que en esa época, los alcaldes se dieron a la tarea de recolectar e invertir el dinero en sus ciudadanos (Mockus y Peñalosa). Su gestión se vio reflejada en la creación de la cultura vial (no arrojarle el carro al peatón), en la optimización y homogenización de espacios de recreación y deporte (parques públicos y ciclovías) junto con la reducción en los tiempos de movilidad (inicios del sistema de transporte masivo, Transmilenio). *
El caso de Bogotá desafía un paradigma que era válido en los cincuentas, particularmente cuando después de la segunda guerra mundial, Europa se encontraba en ruinas, y el crecimiento económico promovía el bienestar. Sin embargo, desde los setentas la relación entre PIB y felicidad ha sido puesta en tela de juicio, a través de la paradoja de “Easterline”, según la cual los países ricos, a pesar de aumentar su PIB per cápita, no mostraron incrementos en su satisfacción. Dicha paradoja no solo ponía en duda las teorías que venían desde los cincuentas, sino también buscaba explicar las causas del estancamiento en la felicidad. Aunque los países ricos habían alcanzado el clímax del desarrollo económico, sus ciudadanos no estaban más satisfechos porque no lograban sacar mayores diferencias frente a su grupo de referencia. Me explico, si en una familia una persona recibe un mayor salario, y los demás miembros no mejoran económicamente entonces ese individuo se siente el rey del hogar, pero si todos sus familiares reciben un ingreso más alto, la alegría de ese alguien desaparece como la espuma. *

Las conclusiones de la paradoja de Easterline fueron obtenidas más que todo para países desarrollados, con lo cual varios economistas ampliaron su campo de estudio. Con estas nuevas investigaciones, se evidencio una relación positiva entre PIB per cápita y satisfacción, es decir, si había motivos para que la Economía fuera importante en nuestras vidas, pero para todos los países no tenía la misma prioridad. Resulta que para los países pobres aumentar su PIB per cápita si es importante, toda vez que les falta mucho por mejorar, por ejemplo, al tener un mayor ingreso, acceden a salud, alimentación y vivienda de mejor calidad (en la Figura 1 son los puntos de más abajo y más a la izquierda). En contraposición los países ricos, quienes tienen mayor satisfacción frente a los países pobres, cuando aumentan su PIB per cápita, su satisfacción tan solo se incrementa levemente (puntos de más arriba y más a la derecha).

Que la falta de ingreso sea una fuente de insatisfacción no es una afirmación que deba sorprendernos, lo que si debe causar curiosidad es cuales son los determinantes de la felicidad. Resulta que a nivel mundial diversas variables explican porque unos países tienen mayor satisfacción, y si bien el PIB per cápita (barra azul en la Figura 2) es importante, no cuenta toda la historia. La conexión que tenemos con otros seres humanos también nos mueve la aguja de la felicidad (barra verde aguamarina), no en el sentido de estar más conectados a las redes sociales, y tener más seguidores, sino en cuanto apoyo recibimos de los demás, y en quienes podemos confiar. Además del apoyo social, la expectativa de vida (barra verde clara) es otra dimensión de la vida que nos acerca a la felicidad. Esta variable no solo mide los años esperados de vida, también nos muestra el estado de salud, el cual puede ser consecuencia de los alimentos que consume una persona, dependiendo de si son orgánicos o industriales, o si esa persona se la pasa trabajando o practica algún deporte.
Si bien existen otras causas asociadas a una mayor satisfacción, aprovecho la ocasión para llamar la atención sobre tres puntos. Primero, existen variables que afectan la satisfacción, pero son desconocidas (barra morada en la Figura 2). En esa línea me pregunto: ¿Será que la espiritualidad es una variable que afecta el bienestar?, ¿Cómo se puede medir dicha variable? Continuando con mis inquietudes, el segundo punto que llama mi atención son los países más felices, porque la mitad de ellos tienen las mayores tasas de suicidio, por tanto me cuestiono: ¿Será que al buscar la máxima felicidad perdemos el sentido de la vida? (círculos rojos en la Figura 2). Tercero, y en relación con el punto anterior, dado que los países nórdicos y anglosajones son quienes registran la mayor satisfacción con la vida: ¿Estos países deben ser los modelos a seguir?, ¿No es más sensato realizar comparaciones intrarregionales? *** *

Desde otro punto de vista la felicidad podría entenderse en sentir un tipo de emociones. En ese sentido, a nivel mundial se pregunta por las experiencias positivas personales, en cuanto a descansar bien, recibir un trato respetuoso o sonreír bastante. En este indicador los países latinoamericanos y del sudeste asiático encabezan las listas, pero los latinos son una rareza porque son una de las regiones con mayor desigualdad en el ingreso, altos niveles de corrupción, y elevados niveles de violencia; y aun así ocupan las primeras posiciones en experiencias positivas, incluso considerando su nivel de ingreso (medio-bajo). La paradoja de tener emociones positivas a pesar de enfrentar un entorno negativo, puede explicarse por la cantidad y calidad de las relaciones interpersonales latinoamericanas, las cuales promueven la cercanía y calidez humana. No solo los latinos tienen buenas relaciones interpersonales, sino que están dispuestos a sacrificarlas, en el sentido que es una de las regiones con mayores tasas de emigración, consecuencia de la falta de oportunidades.
El caso latinoamericano también muestra como ante la partida de familiares, en busca de mejores oportunidades, permite el surgimiento de emociones negativas, por ejemplo, la tristeza, la rabia o el estrés. *** ** Ciertamente como seres humanos nuestro instinto nos conduce a minimizar el dolor, pero me queda la duda de si la meta de una vida feliz es anular las experiencias negativas. Para reforzar esta idea en la película “Intensamente”, se da importancia no solo a sentir la alegría sino también la tristeza. Esa capacidad de vivir la vida en todos sus colores, me lleva a reconocer que las emociones positivas le dan “sabor” a la vida, mientras que las emociones negativas le dan un “sentido”.
La virtud es la media dorada entre dos vicios, por un lado en su exceso, y por otro lado en su escasez. Aristóteles. *** ***
Para terminar, quiero hacer un homenaje a un gran filósofo, no solo porque debatió y estructuró diversidad de temas, sino también por la relevancia de sus postulados en la actualidad. Como fue un gran erudito, la felicidad ocupo gran parte de su filosofía, no en el sentido de ser un “resultado”, sino en que la felicidad es un “proceso”. Esta sutil distinción es importante, porque la Economía de la Felicidad quien pregunta a las personas por su nivel de satisfacción, considera que la felicidad es un número que se forma a partir de una evaluación subjetiva de la vida. Si bien Aristóteles estaría de acuerdo con la Economía de la Felicidad en examinar nuestra vida, pondría en duda que la vida se resume en conseguir algo puntual, como el placer (hedonismo), estar siempre alegres (estado anímico) o tener solo experiencias positivas. Creo que Aristóteles comulga más con la integralidad del ser humano, en sentir cualquier emoción en el momento preciso hacia la persona indicada, en mostrarnos vulnerables frente a quienes quieren lo mejor para nosotros, y en última instancia crear consciencia de que la vida existe para practicar la media dorada, de forma que podamos florecer en aquello que realmente nos llena el alma.
PD 1: La infancia también es un gran determinante de la felicidad. Este tema es fascinante y aunque es difícil resumirlo, quiero dejar la idea de que el tipo de relación que tuvimos con nuestros padres, determina no solo nuestro relacionamiento con nosotros mismos sino también con los demás. En ese sentido las teorías del apego permiten identificar el tipo de conexión. Mientras que el apego seguro produce la mayor satisfacción; el apego ambivalente, evitativo y desorganizado garantizan relaciones sociales caóticas. En lo personal creo que más que buscar el apego seguro, debemos ser conscientes de nuestro tipo de apego, para que desde esa situación podamos sanar la relación que tenemos con nosotros mismos.
PD 2: Los cínicos consideraban que la felicidad no depende de cosas externas como los bienes materiales, porque las circunstancias externas están fuera de nuestro control, mientras que nuestro estado interno es nuestra responsabilidad. En contraposición, los epicúreos se enfocaron en alcanzar el máximo placer sensual disfrutando de una vida material. Aunque la filosofía de los epicúreos comparte con los utilitaristas la noción de maximizar el placer, los epicúreos se preocupaban por evaluar las consecuencias de buscar dicho placer, por ejemplo, si consumo 40 chocolatinas en un día más adelante tendré indigestión estomacal. En otras palabras, a los utilitaristas no les importa los medios utilizados para alcanzar la felicidad.
PD 3: Al igual que Aristóteles, Buda estaba de acuerdo en encontrar el punto medio, pero a diferencia de Aristóteles, Buda consideraba que la media dorada no era el fin último de la felicidad, sino una condición necesaria para alcanzar la meditación.
PD 4: Cuando la felicidad se calcula a través de encuestas que preguntan por la satisfacción con la vida, surgen problemas cualitativos y cuantitativos. En el primer caso, si alguien se cataloga como “muy feliz”, y esa es la máxima escala posible de felicidad, entonces si esa persona obtiene un poco más de felicidad, no puede mejorar en ese indicador. En el segundo caso, y al asignar un puntaje numérico a la felicidad: ¿Qué significa un nivel de satisfacción de 7 sobre 10?, ¿1 se interpreta como tener una vida infernal?, ¿10 es tener un orgasmo cósmico? Si un estadounidense y un colombiano reportan 5 de satisfacción: ¿Son igualmente felices?
PD 5: En la novela “un mundo feliz” de Adolf Huxley, las personas consumen pastillas para sentirse “felices” todo el tiempo. Más que estar drogados, son muertos vivientes que no cuestionan nada, y no tienen ningún parámetro para reflexionar y pulir su vida. Su felicidad es dada por unos parámetros sociales, y no por lo que los hace verdaderamente felices.
PD 6: Otra hipótesis nos enseña como el corazón más que el cerebro, es el verdadero órgano de los sentimientos. En las religiones se habla del “sagrado corazón”, y en la medicina se puede medir la capacidad eléctrica del corazón, siendo esta superior a la del cerebro. Adicionalmente dentro del corazón se ha descubierto una red neuronal de 40.000 células especializadas, las cuales piensan, sienten y recuerdan de forma independiente al cerebro (ver Braden 2024).
Notas y referencias
Imagen de portada: Fuente: World Happiness Report (2024). Alexsandar Popovski (Unsplash).
Figura 1: Fuente: Deaton (2008).
Figura 2: Fuente: World Happiness Report (2022) y “World population review” (suicide rate by country).
Figura 3: Fuente: Global Emotions Report (2024).
*El ejemplo del incremento en el bienestar bogotano es de Valenzuela (2008). Según la OECD de 2016 a 2022, Bogotá ocupó el cuarto puesto nacional en el indicador de satisfacción con la vida (el total nacional son 31 departamentos).
**Soy consciente que bienestar, satisfacción y felicidad tienen significados diferentes. Independientemente del concepto, la felicidad se puede entender como un sentimiento que, según la Economía de la Felicidad, se mide a través de la actividad cerebral (enfoque neurológico).
***Esta situación podría explicar porque algunos son un barril sin fondo, es decir, acumulan riquezas y nunca están satisfechos porque siempre van a tener a quien superar. En ese sentido me pregunto: ¿Será que esos barriles no son capaces de superarse a sí mismos?, ¿Sera que esas personas promueven y patrocinan la desigualdad extrema?
*** *En la Figura 2 otros determinantes de la felicidad son: libertad para tomar decisiones (barra amarilla), generosidad (barra roja) y percepción de la corrupción (barra fucsia). Los países con mayores tasas de suicido son aquellos que se encuentran en el cuartil más alto a nivel mundial (círculos rojos en la Figura 2). Coincidencialmente los países con mayor satisfacción también son los países que más consumen medicamentos para lidiar con la ansiedad y la depresión.
*** **Obtener un alto puntaje en experiencias positivas no implicar sacar un puntaje bajo en experiencias negativas. En otras palabras, se puede tener una vida con días de extrema alegría, seguidos de días con extrema tristeza (puntúa alto en experiencias positivas y negativas).
*** ***El punto medio se entiende mediante un ejemplo, no debemos ser ni derrochadores (exceso), ni avaros (escasez) sino generosos. Desde esa perspectiva la media aristotélica es diferente para cada persona.
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