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¿Nos estamos desinflando?

Actualizado: 21 may

Hace tres años y medio experimenté un gran cambio de peso. En un par de meses reduje 10 kilos como consecuencia de cambiar mi nutrición. En esa época incrementé el consumo de alimentos naturales tales como frutas, verduras y pescado, no obstante, restringí las compras de comida industrial, por ejemplo, derivados de trigo y leche (pizzas, hamburguesas, brownies y helados). Al dejar de consumir productos procesados y empacados mi cuerpo recibió otro tipo de combustible, funcionó de mejor manera y produje salud de largo plazo. Esta analogía sirve para conectar con un tema tabú en Economía, en cuanto a si existe la posibilidad de que, en vez de tener alzas en los precios, nos encontremos muy cerca de presenciar caídas en los precios. El primer caso se conoce como inflación (subir de peso) mientras que el segundo caso es una deflación (perder peso).


Figura 1: Estructura etaria de la población colombiana (2005 - 2018)
Figura 1: Estructura etaria de la población colombiana (2005 - 2018)

Un primer motivo para considerar una deflación es la estructura etaria de la población. En Colombia desde 1973 a 2018 la población con más de 65 años de edad se incrementó del 3,1% al 9,1% del total. Este cambio es importante porque ese grupo deja de ser parte de la población en edad de trabajar, y en ese sentido no tiene el mismo nivel de gastos en comparación a los más jóvenes y más aún si tienen hijos. En contraposición, Japón muestra el caso de una economía que se desinfla a partir de la década de los noventas, en parte porque el mayor segmento de su población se encuentra representado en los más veteranos (28% del total), los cuales realizan menores compras y no crean presiones inflacionarias. Esta situación igualmente la experimentan las economías desarrolladas, y tiende agudizarse durante las crisis económicas. Por estos motivos algunos de esos países promueven políticas de inmigración, con el objetivo de importar mano de obra y espantar la deflación.*


Figura 2: Evolución del precio de la vivienda usada real por ciudad
Figura 2: Evolución del precio de la vivienda usada real por ciudad

Cuando una economía tiene una o varias burbujas también se generan presiones deflacionarias. Un caso particular de burbujas se presenta en el sector inmobiliario. Cuando el precio de las viviendas se incrementa por motivos especulativos (no habitacionales), la demanda de ese activo responde principalmente a cambios en los precios. Esta situación se agudiza en el momento en que las personas se endeudan para comprar el activo, esperando que su valorización compense el costo del crédito, pero al realizar esta actividad sin restricciones, los precios suben de forma exagerada, y más adelante se producen caídas muy fuertes y repentinas en los precios. Las burbujas inmobiliarias tuvieron su esplendor en la crisis internacional del 2008 y en esa época buena parte de los países desarrollados tuvieron deflaciones. Colombia registró una burbuja inmobiliaria en los noventas (especialmente en Medellín) y como consecuencia de la corrección de precios de la crisis de 1999, la inflación se redujo a la mitad en un solo año (del 17% al 9%).

Figura 3: Crecimiento real anual del fondeo (columnas) y cartera (líneas)**
Figura 3: Crecimiento real anual del fondeo (columnas) y cartera (líneas)**

El estallido de una burbuja es un escenario en el cual desaparece dinero. Si 10 inmuebles tienen un precio unitario de $100 millones y de repente los precios caen a $20 millones, entonces el valor del mercado de la vivienda se reduce de $1.000 millones a $200 millones. *** En ese sentido se tiene menos dinero circulando en la Economía, esto es importante porque se reducen la cantidad de transacciones, es decir, cae el número de veces que los billetes y las monedas circulan por diferentes personas. En este punto se estará preguntando, ¿Cómo una reducción en la velocidad del dinero se traduce en una deflación? Si los ciudadanos guardan y acumulan dinero se reduce la demanda, esto a su vez genera una disminución en los precios. Aun así, durante 2020 estas caídas de precios fueron compensadas por el cierre de empresas, y en última instancia la escasez de bienes se manifestó en incrementos de precios.


En 2020 la velocidad del dinero en Colombia disminuyó 32%, esta situación se puede explicar en dos causas. La primera se encuentra relacionada con el incremento en los depósitos a la vista, por ejemplo, cuentas de ahorros y cuentas corrientes. El segundo motivo se soporta en el descenso de los créditos de consumo.**** En efecto, el colombiano promedio al percibir un escenario de crisis devolvió sus tarjetas de crédito, aunque ahorró de forma exagerada, y en ese proceso, el dinero físico o electrónico no movió a la economía, no fue al cine, el dueño del cinema no tuvo dinero para pagar a sus empleados, y estos a su vez no tuvieron efectivo para realizar sus compras. Esta visión también tiene otra cara, los bancos al percibir que sus solicitantes de crédito no tenían como cumplir sus deudas, no desembolsaron suficientes créditos (especialmente en las obligaciones de microcrédito y consumo).


Figura 4: Evolución de la inflación mensual por grupos de gasto*****
Figura 4: Evolución de la inflación mensual por grupos de gasto*****

Desde un punto de vista más histórico la inflación en Colombia tuvo reducciones importantes a partir de los noventas, en otras palabras, aumentamos de peso, pero no tan rápidamente. Varias explicaciones encontramos a este suceso. Primero, la independencia del Banco de la República del gobierno permitió que el Banco dejará de financiar directamente al Estado, y de esta forma se emitió menos dinero. Segundo, la apertura económica representada en reducciones arancelarias disminuyó el precio de los bienes importados, de los cuales una parte no despreciable son alimentos. Tercero, las reformas de los noventas en los servicios públicos domiciliarios redujeron el precio de estos servicios, en concreto la privatización de empresas y el esquema de subsidios cruzados. En ese sentido las reducciones en los precios de los servicios públicos produjeron caídas en la inflación de vivienda, y en consecuencia el precio del arriendo al estar indexado a la inflación, retrocedió de forma considerable. Cuarto, y a pesar de no ser un rubro tan representativo como alimentos y vivienda, los cambios normativos en la salud economizaron el gasto de bolsillo por ciudadano. Quinto, la inflación en educación fue regulada por tarifas en función del régimen (libertad regulada, libertad vigilada y régimen controlado).


Figura 5: Crecimiento de la Base Monetaria y participación de las reservas
Figura 5: Crecimiento de la Base Monetaria y participación de las reservas

Por último, pero no menos importante, la desinflación ha sido consecuencia del menor crecimiento en la Base Monetaria, pasando de registrar aumentos del 29% (pre crisis de 1999) hasta desacelerar su crecimiento al 14% (en el nuevo milenio). Este cambio se debió en gran parte a la menor participación de las reservas como proporción de M1. Inicialmente las reservas aumentaron debido a la entrada de capitales (noventas), pero el estallido de la burbuja inmobiliaria, y la crisis de los tigres asiáticos, redujeron su contribución a niveles nunca antes vistos. En todo caso los cambios regulatorios implementados en los ochentas, generaron un cambio estructural; me refiero a la creación del Fogafín, la eliminación de los controles a las tasas de interés, la reducción de las inversiones forzosas, y el menor encaje de los establecimientos de crédito; lograron contraer los billetes y monedas que tienen los bancos a disposición del público, sumado a los depósitos del sistema financiero en el Banco de la República. Las menores tasas de crecimiento de los agregados monetarios disminuyeron la inflación, aunque en algunos casos específicos, como la reducción en la base monetaria, me plantean lo siguiente, ¿No es contraproducente tener menores reservas frente a un escenario de crisis?



PD 1: El título del blog se atribuye a una sugerencia de mi madre. Por otro lado, las imágenes de portada de todos los blogs con excepción de “Verde que te quiero verde” y “Guanomics” fueron obtenidos de forma gratuita de la página "Pixabay”. La imagen del blog “El hundimiento del Titanic” es de “Shutterstock”.


PD 2: Los temas de cambios en precios son relevantes porque las perspectivas de inflación determinan las tasas de interés. El canal por el cual los deudores se ven afectados es a través de la tasa de interés que el Banco de la República le cobra a los bancos. Cuando la inflación sube (baja) el Banco Central incrementa (reduce) la tasa de interés con el fin de que los establecimientos de crédito aumenten (disminuyan) las tasas de las obligaciones. La relación entre estas variables es tan fuerte que su correlación es 0,96.


PD 3: Es importante aclarar que, a pesar de los resultados positivos en materia de inflación, todavía tenemos mucho camino por recorrer en términos de capacidad adquisitiva, es decir, en 2018 el salario mínimo en Colombia alcanzaba para un poco más de la mitad de una canasta básica. Ver Blog “¿Qué es valioso?”.


PD 4: Aunque la deflación tiene mala reputación en ocasiones puede ser un mecanismo de ajuste. Durante la crisis de finales de los años veinte la deflación en Colombia alcanzó el 20%. En ese entonces la base monetaria retrocedió 25%, la velocidad del dinero aumentó 3% y el PIB se contrajo 2%. Por otro lado, y haciendo énfasis en la crisis de 1999 me pregunto: ¿Qué hubiera ocurrido en el 99 si en vez de incrementar la cantidad de dinero permitimos ajustar la economía vía caídas en los precios? Creo que en ese caso el impacto sobre el PIB no hubiera sido del -4,4% sino mucho menor. En otras palabras, la deflación puede ser una forma bajo la cual la producción de una economía no sufre tanto durante épocas de crisis.


PD 5: En cuanto a los diferentes regímenes cambiarios y su relación con la inflación, se observa que antes de los noventas (minidevaluaciones), la devaluación y la inflación registraban valores promedios de 17% y 21%. Posterior a 2000 (libre flotación) estas variables promediaron 4% y 5%. El caso de las minidevaluaciones se explica bajo las características de un régimen fijo, pero ajustable; según el cual el precio del dólar se amarra a la inflación; por ejemplo, cuando el dólar se devaluaba, se encarecían los bienes importados, aumentaba la inflación, y para seguir siendo competitivos, el dólar subía de precio (artificialmente). El régimen de libre flotación cortó este círculo vicioso. Ahora el Banco de la República no tiene exclusividad en la compra y venta de dólares, además de que sólo interviene el mercado cambiario cuando es estrictamente necesario.   


PD 6: Realice una actualización a este blog en mayo 2025, modificando el párrafo que explica la relación entre la desinflación y la menor participación de las reservas. Adicionalmente se modificó la Figura 5 y el PD 5.



Notas y referencias


Figura 1: Fuente: Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).


Figura 2: Fuente: Elaboración propia. Datos Banco de la República.


Figura 3: Fuente: Banco de la República.


Figura 4: Fuente: Elaboración propia. Datos Banco de la República.


Figura 5: Fuente: Elaboración propia. Datos Banco de la República.



*La estructura etaria de la población alemana igualmente presenta similitudes con el caso japones. El 22% de los alemanes tiene más de 65 años.


** Entre paréntesis se encuentra la participación de cada rubro dentro del total del fondeo.


***Si bien un apartamento no es dinero, los recursos generados por su venta si son “dinero”, por ejemplo, una transferencia a una cuenta de ahorros producto de la operación. El dinero depositado en esa cuenta puede ser utilizado para pagar bienes y servicios.


**** El cambio porcentual en la velocidad del dinero se calcula a partir de la siguiente ecuación: “cambio % velocidad = cambio% IPC + cambio% PIB real – cambio%M1” esto quiere decir que “cambio % velocidad = 1,6% + (-6,8%) - 26%” por tanto la velocidad decreció 32% en 2020. Lo anterior contrasta con el supuesto según el cual la velocidad del dinero se mantiene constante.


***** No se muestran los grupos de diversión, telecomunicaciones y transporte toda vez que estos fueron incorporados en el IPC a partir de 1999.



Banco de la República [Base de datos].


Banco de la República (2020). “Reporte de estabilidad financiera II semestre 2020”. Gráfico 2.4 y 2.8. Recuperado.


Departamento Nacional de Estadística (2018). “CENSO NACIONAL de población y vivienda, Infografía”. Recuperado.


GoldSilver (w/ Mike Maloney) (17 de noviembre de 2015). The Rollercoaster Crash – Deflation FIRST – Hidden Secrets of Money Episode 6 (Mike Maloney) [Archivo de video].


Hulsmann, J. G. (2008). Deflation and liberty. Ludwig Von Mises Institute.


Kalmanovitz, S. (2017). Breve historia económica de Colombia. Biblioteca básica de cultura colombiana. Recuperado.


Ocampo, J. A. (2005). “¿Por qué fue tan severa la crisis económica de finales de los noventas?”. Coyuntura Económica, XXXV (2), 72 – 79. Recuperado.


Only the SAVVY (17 de septiembre de 2020). Jim Rickards: We´re Heading for DEFLATION [Federal Reserve Doesn´t Get it!] [Archivo de video].


Population pyramid [Base de datos].


Sánchez, F., Fernández, A., y Armenta, A. (2005). “Historias monetarias de Colombia en el siglo XX: Grandes tendencias y episodios relevantes”. Documento CEDE, 2005-30. Recuperado.




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