El secreto para mejorar el rendimiento académico
- Camilo Vargas Walteros
- 7 ago 2018
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 7 ago 2018
Al entrar al salón de clases pido el favor de diligenciar una encuesta compuesta por 36 variables. Mientras completan el cuestionario, algunos estudiantes me miran con cara de asombro mientras que otros realizan cálculos mentalmente. Después de terminar el ejercicio explico la pregunta que intento responder, ¿Por qué algunos alumnos tienen mejores calificaciones? La pregunta no es nueva y existen múltiples artículos relacionando el rendimiento académico con comportamientos individuales, condiciones sociodemográficas, y el entorno social. A pesar de lo anterior y después de varios años, la encuesta ha tomado forma a partir de las contribuciones a modo de discusión que he tenido con los estudiantes, en cuanto a cuáles factores ellos consideran afectan sus notas y cuáles variables son fáciles de medir.
En la última encuesta participaron 132 personas pertenecientes a los programas de Administración de Empresas, Economía y Negocios Internacionales. Una primera situación llamó fuertemente mi atención, las mujeres en “promedio” tienen un rendimiento académico más alto que los hombres en 4%. La diferencia es “estadísticamente significativa”, en otras palabras, si se toma otro grupo de individuos existe una alta posibilidad de que las mujeres vuelvan a tener mejores calificaciones que los hombres.
Las mujeres en “promedio” tienen un rendimiento académico más alto que los hombres en 4%
¿Por qué las mujeres tienen un mayor rendimiento? Una explicación se encuentra en las horas de estudio. Ellas dedican en promedio 22,3 horas semanales mientras que ellos 17,7 horas. Sin importar el sexo, las horas de estudio se encuentra relacionadas con una mejor calificación, pero solo hasta cierto punto. Es decir, estudiar debe realizarse en sus “justas proporciones” en el sentido que su falta (menos de 10 horas) o exceso (40 o más horas) generan calificaciones inferiores frente a una situación intermedia (30 a 39 horas). La nota más alta (4,04 sobre 5) se obtiene en el último rango.

La importancia de los puntos medios también se puede evidenciar en las horas de dormir. Las personas con pocas horas de sueño (5 o 6 horas diarias) o muchas horas (9 horas o más) reciben calificaciones inferiores en comparación a quienes descansan entre 7 y 8 horas (3,93 sobre 5). Al igual que las horas de dormir, la cantidad de mascotas mejora el rendimiento académico siempre y cuando se encuentre un equilibrio. La compañía de un animal puede transmitir sentimientos de apoyo, pero tener muchas mascotas requiere de tiempo adicional que puede afectar las horas de estudio y descanso.

Por otro lado, el ingreso del padre y de la madre determinan el rendimiento académico. Bajo un punto de vista, ingresos más altos proveen a la persona con más recursos académicos con lo cual se esperan calificaciones superiores. Otra forma de ver las cosas nos muestra como al percibir menores ingresos y tener una oportunidad educativa (beca), el alumno se esfuerza porque se le imponen condiciones académicas, tiene sentido de compensación o ve la educación como un mecanismo de progreso. En el caso de la encuesta los estudiantes provenientes de hogares con bajos ingresos y beca registraron las notas más altas (4,05), en contraste a sus compañeros de ingreso medio (3,93) e ingreso alto (3,78).

La continuidad del proceso educativo y la satisfacción con el programa académico igualmente permiten alcanzar calificaciones más altas. Al entrar en un nuevo colegio el rendimiento en “promedio” se reduce en 1,6%. El cambio del lugar de estudio no es solo físico, sino que implica adaptarse a nuevas condiciones y puede ser consecuencia de comportamientos del alumno (indisciplina) o factores externos (cambio de ciudad). Disfrutar del proceso de aprendizaje asimismo afecta el puntaje, en una escala de 1 a 10 los alumnos que registraron 7 de satisfacción consiguieron una menor nota (3,65) frente a quienes reportaron 10 de satisfacción (3,88).
Al entrar en un nuevo colegio el rendimiento en “promedio” se reduce en 1,6%
Por último, quiero reflexionar sobre algunas variables que en teoría deberían afectar el rendimiento académico. La confianza en los compañeros de clase puede ser vista como un elemento fundamental para construir el trabajo en equipo y obtener mejores calificaciones, pero en la muestra no se observó esta relación. La situación descrita también se presenta en la calidad de las relaciones familiares medidas a través del número de comidas que el estudiante comparte con su círculo más cercano. Aparte de la confianza y los lazos familiares sería interesante preguntar por la espiritualidad de las personas, pero aproximar algo tan profundo con un número sería un gran reto metodológico, aun así, recuerdo como en otra encuesta pregunte, ¿Usted creyó en el niño Dios cuando pequeño? Y aunque no me acerque a la respuesta recibí a cambio algo más valioso, la alegría de todos ellos.
Notas:
Tabla 1: Fuente: Elaboración propia y datos encuesta.
Tabla 2: Fuente: Elaboración propia y datos encuesta.
Tabla 3: Fuente: Elaboración propia y datos encuesta.
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