Ahorra o nunca
- Camilo Vargas Walteros
- 5 nov 2024
- 8 Min. de lectura
La humanidad ha ahorrado desde tiempos inmemoriales. Nuestros antepasados almacenaban alimentos en momentos de abundancia. En épocas de escasez consumían los excedentes. Desde ese punto de vista, ahorrar alimentos garantizaba la estabilidad económica. Dicha estabilidad la he visto presente en mi situación personal. El ahorro me ha permitido alcanzar diferentes objetivos. Recuerdo que durante mis estudios de Economía ahorraba el 30% de la mesada de mis padres. Años más tarde contemplaría los frutos de dicho comportamiento; esos ahorros fueron utilizados para pagar una parte de mi último semestre. Aparte de pagar mi educación, el ahorro también fue crucial en la compra de mi apartamento. Durante varios años ahorraba una parte de mi salario, y cuando se presentó la oportunidad había ahorrado la mitad del valor del inmueble. Por último, pero no menos importante, los ahorros han evitado que tome decisiones personales y laborales desde la necesidad.

Desde una perspectiva Macroeconómica el ahorro de los hogares se calcula mediante una serie de pasos. Si al Producto Nacional Bruto (PNB) se le adicionan los subsidios y se le restan los impuestos, se obtiene el ingreso disponible. Intuitivamente esta operación se asemeja a un colombiano quien tiene una empresa que exporta café al extranjero, en el sentido que recibe unos ingresos producto de sus ventas, sin importar si su compañía se encuentra en Colombia o en el extranjero. Dichos ingresos pueden ser mayores en la medida en que el gobierno le de algún tipo de subsidio, pero pueden ser menores si el gobierno grava su actividad con impuestos. Cuando al ingreso disponible se le resta los gastos de consumo, se obtiene el ahorro.
En Colombia el ahorro bruto registra una tendencia alcista, especialmente cuando comenzaron los encierros de 2020 y la economía entro en recesión. En ese momento el ingreso y el consumo disminuyeron, pero como el segundo se redujo más rápido que el primero, el ahorro aumentó por motivo preventivo (ahorro precautorio). A partir de 2021 la eliminación de los encierros, hizo que los ciudadanos sacaran la casa por la ventana, es decir, incrementaron el consumo de forma exagerada, y aunque el ingreso también se recuperó, no pudo llevarle el ritmo al consumo, y el ahorro se desplomo. A partir de 2022 se ha revertido lo anterior, toda vez que el ahorro ha recuperado parte del terreno perdido.

A diferencia de 2020, durante la crisis de 1999, el ahorro registró una gran contracción, consecuencia de la reducción de ingresos, particularmente en los deciles más altos. Los deciles de ingreso separan la población en diez partes iguales, en donde el decil 1 representa los hogares con menores ingresos, y el decil 10 a quienes tienen más ingresos. En la tabla 1 los seis primeros deciles desahorran (gastan más de lo que consumen), los deciles 7 y 8 personifican la clase media (viven al día) mientras que los deciles 9 y 10 son los únicos que ahorran. De estos datos surge la pregunta: ¿Cómo subsisten los hogares que gastan más de lo que reciben? Subsisten porque parte de sus ingresos están subestimados (por temas de impuestos), pero también es verdad que los hogares pobres reciben ingresos producto de actividades informales que son difíciles de diferenciar. Por ejemplo, un hogar puede tener una panadería en el mismo lugar de su vivienda, y solo recibe efectivo producto de sus ventas. Adicionalmente el desahorro de estos hogares se debe a que sus familias acuden a deuda no bancaria, como es el caso de préstamos intrafamiliares. *

Desde los setentas se dio inicio a una revolución en la tenencia y uso de productos financieros. Posterior a 1970 las Cuentas Corrientes y el efectivo perdieron protagonismo, en parte gracias a la expedición de las tarjetas débito y crédito, quienes impulsaron la utilización de cuentas de ahorro y Certificados de Depósito a Término (CDT). Resulta que en los setentas la inflación era un dolor de cabeza, y la creación del sistema de Unidad de Poder Adquisitivo Constante (UPAC); permitió que los créditos hipotecarios y las cuentas de ahorros crecieran al ritmo de la inflación. Esto generó confianza en el sistema financiero porque el ahorrador tenía garantizado como mínimo la inflación, y el deudor sabía que su crédito no iba a crecer más allá de la inflación. Lentamente el UPAC dejo de bailar con la inflación, y en los noventas su nueva pareja de baile fue la DTF. Este cambio resulto desastroso. Al vincular los créditos hipotecarios a la DTF, y cuando comenzó la fuga de capitales, y las tasas de interés se fueron por las nubes, esos préstamos se volvieron impagables. La historia del UPAC llego a su fin durante la crisis de 1999, pero los ahorradores lograron amortiguar parcialmente los efectos de la crisis (observe como a partir de 1999 cae la participación de los CDTs).

La segunda década del siglo XXI fue testigo de otra revolución financiera. La población rural y de bajos ingresos, no tenían acceso a productos financieros, en parte por la baja cobertura de la banca tradicional, pero especialmente gracias a las altas cuotas de manejo. Desde hace menos de una década, solo se necesita de un celular, una conexión a internet, y una cedula para realizar un depósito o pagar una transacción. Este último esquema hace referencia a los depósitos electrónicos, los cuales por su naturaleza tienden a ser de bajo monto, en otras palabras, es como una cuenta de ahorros digital, pero limita la cantidad de dinero que se puede depositar, transferir y retirar. Según Fintech Colombia dentro de este segmento el promedio por transacción es $100.000, y si bien es un monto pequeño, cuando se agrupan todos los usuarios (54 millones) anualmente se transan 332 billones de pesos. *** ** La paradoja de todo este asunto es que si bien se ha masificado la propiedad de las billeteras electrónicas (celulares), el uso de las transferencias electrónicas es inferior al efectivo, al menos en los colombianos que devengan menos de 4 salarios mínimos. *** ***
Quiero terminar con un relato personal. La crisis de 1999 produjo un gran y duradero impacto en mi familia. La subida de tasas de interés hizo que las cuotas del apartamento se volvieran impagables, y mis padres decidieron vender el apartamento para amortiguar la deuda hipotecaria. Más adelante mi padre perdería el empleo, pero gracias a los ahorros familiares, y por iniciativa de mi madre, se creó un emprendimiento de diseño, fabricación y comercialización de blusas. Esta situación me impacto tanto que no solo fui consciente de la importancia de los ahorros, sino también de los usos que le damos a esos ahorros. En otras palabras, ahorrar por ahorrar no tiene ningún sentido, así como tampoco es sensato tener empresas que solo buscan ganancias por hacer ganancias, porque podríamos caer en la filosofía de las células cancerígenas, crecer por crecer. Es más sensato ahorrar teniendo un objetivo: ¿Para qué ahorramos?, ¿Para darnos un gustico en el futuro?, ¿Para tener un colchón en caso de adversidad?, ¿Para compartir con los demás?, ¿Para ser conscientes de nuestras finanzas?
PD 1: Complementando el auge de los CDTs, los Títulos del Estado Soberano (TES) comenzaron su incursión en el mercado financiero en los noventas. La popularidad de los TES ha crecido hasta la estratosfera, siendo que en los noventas participaban con un 5% del total de M2, y en 2018 representaron el 840% de M2. El crecimiento descomunal de dichos títulos se debe a que los TES son adquiridos por inversionistas institucionales, en otras palabras, entidades financieras que recogen ahorro del público y lo invierten de forma colectiva, tal es el caso de las administradoras de fondos de pensiones (AFP). Cuando una AFP recibe las pensiones de millones de colombianos, invierte esa platica en diferentes activos como CDTs, cuentas de ahorro, acciones y TES.
PD 2: Por un lado, el ahorro privado, es decir el ahorro de los hogares y sociedades no financieras (empresas) ha sido positivo. Por otro lado, el ahorro público (del gobierno) ha sido negativo. En el neto la economía colombiana ha desahorrado como consecuencia del exagerado incremento en la deuda pública (recuerde los TES del PD 1). Como no ahorramos lo suficiente, dicho déficit debe ser financiado con ahorros del exterior, lo cual ha generado un déficit en Cuenta Corriente que venimos arrastrando desde hace 24 años.
PD 3: En los noventas hubo un caso polémico de CDTs. Resulta que un ciudadano deposito un CDT de miles de millones de pesos a 10 años, pero cuando fue a redimir sus ahorros, una entidad del grupo Aval le dijo que esa solicitud no se podía llevar a cabo, supuestamente porque se presentaba suplantación. La persona argumentó que la entidad financiera tiene una red de falsificación de documentos. Desde esa época el caso se ha llevado a diferentes instancias de la justicia, sin haber un claro ganador. Para mayor información ver el siguiente enlace.
Notas y referencias
Imagen de portada: Fuente: Pexels.
Figura 1: Fuente: Banco de la República. Reporte de Estabilidad Financiera primer semestre 2024.
Tabla 1: Fuente: Datos Tovar (2008) ajustados a precios 2018.
Figura 2: Fuente: Elaboración propia. Datos Banco de la República.
Tabla 2: Fuente: Elaboración propia. Datos Banco de la República (Encuesta sobre el uso de instrumentos de pago).
*Para la construcción de la Tabla 1 se utilizan los datos de Tovar ajustados a precios de 2018 (promedio de la media y la mediana). “% Ahorro” se obtiene de la división del (des)ahorro entre los ingresos de ese decil.
**No todos los hogares del decil 1 desahorran, un 6% del decil más pobre consigue ahorrar. Al inverso también es cierto, no todos los hogares del decil 10 ahorran, un 16% desahorran.
***Un colombiano promedio desahorra hasta los 40 años, de ahí en adelante comienza a gastar menos y recibe mayores ingresos.
*** *M2 incorpora el efectivo, las reservas bancarias, los depósitos en cuentas corrientes, y cuentas de ahorro junto con los CDTs. En la Figura 2 no se muestra la evolución de las reservas, toda vez que no son un mecanismo de ahorro de los hogares.
*** **El número de usuarios (54 millones) puede superar a la población de Colombia, toda vez que un mismo usuario tiene varias billeteras digitales.
*** ***El uso de instrumentos de pago se refiere únicamente a la compra de bienes y servicios mensuales, tales como alimentos, vestuario, transporte o servicios públicos. No se incluyen pagos de bienes y servicios suntuarios, ni bienes durables, por ejemplo, vehículos o créditos hipotecarios.
Arango, G. (2005). Estructura Económica Colombiana. Mc Graw Hill
Banco de la República [Base de datos].
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Banco de la República (2024). “Reporte de Estabilidad Financiera Primer Semestre 2024”. Recuperado
Colombia Fintech (11 de marzo de 2021). ¿Cuáles son y como están las billeteras digitales en Colombia? Recuperado
Escobar, M., y Mariño, J.S. (2024). “Posición Financiera de los Hogares” Reportes Especiales de Estabilidad Financiera - Segundo Semestre 2023. Banco de la República. Recuperado
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Mora, K.V (3 de julio de 2024). Billeteras digitales consolidaron 54,63 millones de usuarios y movieron $332 billones. La República.
Tercer Canal (19 de septiembre de 2024). El lavadero Mayor | Sarmiento Angulo, Grupo Aval y el robo a los González | Periodismo sin Corrección [Archivo de video].
Tovar, J. (2008). “Caracterización del ahorro de los hogares en Colombia” Coyuntura Social 38, pp 183 - 206 - Fedesarrollo. Recuperado
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